La luz hace visible el flujo de momentos y hace vividos los recuerdos. Mi infancia estuvo dividida entre el campo y la ciudad. Visitando con mi abuela todos los fines de semana el centro de Tokio, en donde los colores y las luces animadas me envolvían, y viviendo cerca de arrozales, en donde jugaba con el lodo.
Los espacios nos recrean en la experiencia, en vivirlos y sentirlos, el tiempo nos forja, descubre deseos e intereses que no sabíamos que estaban ahí, ellos nos mueven, nos cambian la ruta, la visión, la expectativa, surgen nuevas esperanzas y con ellos nuevos devenires, ya no somos lo que éramos antes.
Los espacios nos recrean en la experiencia, en vivirlos y sentirlos, el tiempo nos forja, descubre deseos e intereses que no sabíamos que estaban ahí, ellos nos mueven, nos cambian la ruta, la visión, la expectativa, surgen nuevas esperanzas y con ellos nuevos devenires, ya no somos lo que éramos antes.